Alicia López Budia habla con nuestro Conserje Mayor, José Manuel Herrero:

Bruce Taylor ha elegido el título de esta nueva sección de la web de AUDEMAC y a los protagonistas de la misma.

Personas que pertenecen al organigrama de Comillas y que se han distinguido por su ayuda a la Asociación.

Empezamos con JOSÉ MANUEL HERRERO, a quien Bruce presenta así:

El pequeño despacho detrás de Información a la derecha nada más entrar en ICADE, es el centro neurálgico de la logística de Comillas y casa del Conserje Mayor José Manuel Herrero.

Desde que perdimos el despacho de AUDEMAC (y aún antes) José Manuel ha sido nuestro salvador: buscándonos salas para nuestras reuniones y eventos, y dándonos sabios consejos y recomendaciones.

Estamos muy agradecidos a él personalmente y a su equipo que hacen que Comillas funcione tan eficazmente

JOSÉ MANUEL HERRERO

Al invitarme a que dialogue con nuestro protagonista de hoy, me siento avergonzada porque después de tantos años en la UMA, no soy capaz de recordar un solo rostro de las personas a las que tantas veces he recurrido, o he sido testigo de cómo lo han hecho otros.

Cualquier día en la universidad, surgen contratiempos de la forma más inesperada. La puerta de una clase está cerrada con llave, u ocupada por otros alumnos; el proyector se estropea en medio de una presentación, se pierde el paraguas, se encuentra una carpeta con apuntes, no aparece el profesor… Y siempre hemos hallado una solución al problema por personas competentes y amables. Y alguien es el responsable de que este engranaje funcione: el Conserje Mayor.

José Manuel Herrero, es alto y delgado, con amplias entradas y ojos cautos. Nos saludamos guardando las distancias y me invita a ir sola en el estrecho ascensor, mientras él sube andando hasta el cuarto piso. Tal vez así se mantiene en forma, o me demuestra que no solo hace cumplir las normas, sino que él nunca se las salta. En la sala donde nos sentamos, a dos metros y por supuesto con mascarilla, el ambiente se va distendiendo hasta llegar a ser francamente agradable e incluso divertido.

Tiene a su cargo a 21 personas, entre telefonistas, ordenanzas y bedeles, además de otras 6, pertenecientes a una empresa de servicios, que colaboran en el departamento. Un excelente equipo, en todos los aspectos. Es Conserje Mayor desde hace 11 años. En Comillas lleva trabajando 29, algo muy normal. Hay compañeros que están allí desde hace 30 o más años. El llegar a su puesto no es cuestión de escalafón u oposiciones, alguien cualificado -responsable de Oficialía Mayor- que conoce las necesidades del servicio, decide quién es en ese momento, el más adecuado para ocuparse de ese departamento.  ¿En qué consiste exactamente?, pregunto. “Desde abrir y cerrar los edificios, preparar material, atender en Información, mensajería, distribuir correo, preparar y atender aulas y otros espacios, eventos y demás actos, atender la centralita, reservar salas, organizar los turnos y servicios necesarios, hasta ser el primer escalón de primeros auxilios, o despejar de nieve los accesos a las instalaciones, tras el paso de Filomena…” y más cosas que no he podido anotar.

A  José Manuel le gusta su trabajo, crear equipo, ser eficiente y responsable; persona en la que se pueda confiar. Salen a colación los visitantes ilustres que ha tenido Comillas, desde el Rey Juan Carlos a Felipe VI cuando era príncipe, hasta reconocidas autoridades en el ámbito de la ciencia, Leyes, política, empresa, etc.

Para su departamento estas visitas eran lógicamente motivo de preocupación y solo respiraban tranquilos cuando todo había salido perfecto,  tal como estaba pensado.

Comento la sorpresa que tuvo que suponer en su momento el ver aparecer nuevos alumnos ya maduros, acostumbrados como estaban a los jóvenes estudiantes. Su respuesta es cortés: “en realidad fueron viniendo poco a poco y antes de la Universidad de Mayores, también nos visitaban personas adultas a seminarios y conferencias. Fueron acogidos con naturalidad”

La covid-19 ha cambiado nuestra vida, también la de José Manuel cuando vio como se cerraban las puertas de Comillas. Él acudía diariamente a Alberto Aguilera a dar una vuelta, a comprobar que todo seguía en orden. “Ahora en que los alumnos vienen días alternos, hay clases vacías, ninguna conferencia ni acto masivo y por tanto  menos tráfico de personas por el vestíbulo. Se echa de menos la actividad de antes” Como todos, está deseando volver a la antigua normalidad.

Ojalá sea en el próximo curso.

Dejamos de lado el trabajo para centrarnos en la persona.  José Manuel es soltero (aunque esto considera, qué incluso a estas alturas, si se lo propusiera, podría llegar a tener arreglo)  Asiento divertida. Seguimos: natural de Madrid capital, vive en pleno barrio de Los Austrias, en la casa que alquiló su bisabuelo allá por 1887, y que posteriormente compraría su abuelo, en los años 40 del pasado siglo, siendo ya la cuarta generación de la familia que la habita, y donde pasó la infancia con sus padres, hermano, abuelo y tías. Una familia tradicional que no abandonaba a sus mayores ni a ningún miembro cuando se quedaban solos.

Solo como ahora lo está él,  con sus hobbies y preferencias para el tiempo libre.  “Soy un urbanita, me gusta pasear, recorrer Madrid, siempre se descubre algo nuevo en una ciudad tan viva como esta”. Donde nadie es forastero, respondo (me salió el tópico). “Mi padre decía que había tres clases de madrileños: los Madrileños, los Madrid Leños y los Leños de Madrid”. Reímos. Sus ojos han perdido cautela y ganado ironía, está tranquilo. ¿Y además de pasear le atrae…? “leer” ¿qué tipo de literatura?, insisto.” Sobre todo historia, y especialmente historia militar, además de novelas de detectives (Conan Doyle, Chandler, Hammett, etc) e incluso de espías y política-ficción, con especial predilección por Le Carré”. Nos detenemos en este punto ya que a mí también me atraen las novelas con detectives, pero de historia militar, ni idea. Por fin reconoce que se entretiene mucho con los soldaditos de plomo: puliendo, pintando sus uniformes, banderas, etc. “Y el cine, el cine me gusta mucho –enfatiza- especialmente cualquier cinta de cine negro clásico, de los años 40 y 50 (Lang, Huston, Wilder, Preminger, Kubrick, etc). También disfruto mucho con el futbol, soy del Atleti, y con  la música (Led Zeppelin, Pink Floyd, Supertramp, Jethro Tull, Dire Straits, U2) pero muy especialmente, los momentos en que coincido con mi hermano y sobrinos. Mi querida familia”.

A José Manuel, cerca de los sesenta, le queda aún tiempo de trabajo y gozo en Comillas. Aun así le pregunto cómo le gustaría ser recordado cuando se vaya a casa. Le sorprende la pregunta, pero desgrana una serie de cualidades, que tal vez le inculcaron sus padres: “como una persona sincera, de confianza, que no ha perjudicado conscientemente a nadie, que ha tratado de ayudar y cumplir con su obligación…” Yo resumiría, como un hombre cabal.”

José Manuel Herrero se siente bien en su trabajo y eso se nota en Comillas. Todos estamos de enhorabuena.

 

Alicia López Budia
Madrid, febrero de 2021