Teatro AUDEMAC: “Romeo y Julieta” Petschinka
Juguemos un poco con la imaginación. Pensemos en qué pasaría si nos encontráramos con aquel amor de juventud al que hace décadas que no vemos y cuyo recuerdo más de una vez nos ha llevado
Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.
La madurez del hombre es haber recobrado la serenidad con la que jugábamos cuando éramos niños.
No puede haber cosa más alegre y feliz que la vejez pertrechada con los estudios y experiencias de la juventud.