Iniciamos con la publicación de las obras ganadoras de nuestro concurso literario con la que ha obtenido el segundo premio en la modalidad de relato breve. Su título es SIMBIOTERAPIA y el autor Félix Casas, miembro de AEPUMA (Asociación de alumnos del programa de Mayores de la Universidad Autónoma).

El comentario del relato está firmado por el miembro del jurado José Ramón Martínez.

SIMBIOTERAPIA

Me enteré de la muerte de mi marido mientras veía el Telediario.

Quería aprovechar el tiempo entre las citas a dos pacientes para bajar al restaurante económico cercano a la consulta y hacer una comida rápida, aunque cocinada en puchero y con delantal a cuadros.

La locutora abrió el informativo: «A primera hora de hoy desapareció un helicóptero que hacía la ruta Melilla-Málaga. A bordo viajaban dos pilotos y cuatro pasajeros. Han sido rescatados cinco cadáveres ya identificados. El copiloto no ha sido localizado aún».

El busto continuó hablando. En la pantalla apareció sobre un mapa teñido de azul un punto rojo que destellaba intermitentemente.

Pensé que mis tres hijas se habían quedado sin padre. Ya pasarían todos los fines de semana conmigo. Terminé el flan sin permitirme ninguna emoción. Salí apretando contra mi pecho el sobre todavía sin abrir y noté lamolestia de los puntos recientes. El abogado me mandaba los papeles del divorcio.

Subí las escaleras hasta el consultorio. Juan ya esperaba en la salita para confiarme sus progresos. Su mujer acababa de abandonarlo.

Félix Casas

COMENTARIO:

La vida nunca es previsible y puede sorprendernos en cualquier momento y alterar (por completo) nuestra situación personal, nuestro mundo y nuestra forma de vivir, incluso en circunstancias en las que parece difícil o imposible que las cosas puedan cambiar o “solucionarse” (ya sea para bien o para mal).

SIMBIOTERAPIA, en muy pocas palabras, pero de manera muy intensa y directa, nos cuenta una experiencia de este tipo.

Y no pensemos que lo hace fabulando en exceso o narrando de forma artificialmente “dramatizada”, sino asomándose a la realidad, pues en muchas ocasiones esta supera (con creces) a la ficción.

Cada persona es única, como lo son sus circunstancias (bien en curso o sobrevenidas) y sus relaciones con los demás, con los que se entremezclan y comparten vivencias y experiencias.

No hay que descartar nunca la posibilidad de que lo imprevisto, lo que parece imposible que suceda (y que nos producirá dolor, alivio o esperanza de una nueva vida), suceda de repente y de manera por completo inesperada.

Todo eso nos cuenta y nos sugiere este relato: breve en la forma, pero cargado de emociones y sentimientos contenidos.

José Ramón Martinez