A Toledo, como a la persona amada, crees conocerla y cada vez se le descubre nuevos encantos. Siempre se vuelve. La ciudad, en esta visita programada por AUDEMAC, nos invitaba a conocer su tradición literaria: cómo atrajo y sedujo a escritores desde tiempos lejanos y cómo todavía está impregnada de ellos.
Toledo engalanado para el Corpus
Toledo nos recibió engalanada para la fiesta del Corpus Christi y llena de curiosos que, como nosotros, recorrían sus calles y plazas siguiendo al guía. El nuestro era de lujo: catedrático de Literatura Española en la Universidad de Ginebra, toledano enamorado de su ciudad, desgranado su talento con sencillez y simpatía. Abraham Madroñal, a pesar de sus muchos méritos, reconoció que para nosotros era simplemente “el marido de Nieves” Y es que Nieves Algaba en la UMA es piedra angular y para los alumnos, ni digamos. Basta decir que es del cuadro de profesores, quien más veces ha sido elegida madrina de promoción. Hacen una pareja estupenda y él se involucra en su trabajo porque tanto Conchita Mira, como Pedro Cardelús, le citaron en la presentación de sus libros en la sección de agradecimientos.
Un lujo de guía
Bien, estamos en Zocodover, centro neurálgico de la ciudad y allí ya topamos con el Arco de Sangre construido en el s .X por los árabes y que comunicaba la Alcazaba con la Medina. El nombre se debe a que sobre él, ya en época cristiana, se instaló una capilla de la Cofradía de la Preciosa Sangre de Cristo que recibía a los que iban a ser juzgados en la plaza y dónde por las ventanas abiertas, podían oír misa los mercaderes que los martes ponían sus puestos en el mercadillo. Hoy en día el Arzobispo de Toledo realiza debajo del Arco su alocución del Corpus Christi. Pasado éste y dominando una magnifica vista está la estatua de Cervantes.
Don Miguel, en el capítulo IX de El Quijote, hace un homenaje a la ciudad de Toledo donde sitúa la aparición del manuscrito de Cide Hamete Benengeli, origen (imaginado) de las aventuras del Hidalgo. “Estando yo un día en el Alcaná de Toledo, llegó un muchacho a vender unos cartapacios y papeles viejos a un sedero… uno de los cartapacios contenía la historia del Quijote”
El manuscrito del Quijote en Alcaná
Enfrente de Cervantes se ven el Alcázar y lo que parece un palacio, escenarios que han alimentado la fantasía popular al situar en ellos leyendas como la de La Galiana y Raquel, bella judía que mantenía con sus encantos al rey castellano (no recuerdo cual) alejado del gobierno. Pero es que en ese mismo Alcázar en el s. XVI Garcilaso de la Vega, gran poeta del Renacimiento, nacido en Toledo y donde está enterrado, prestó juramento de fidelidad a Carlos V y en esos montes que rodean la ciudad situó las aventuras amorosas de sus fingidos pastores. En su Égloga III dotó a la capital política del Emperador de un cariz mitológico.
Recalamos en el callejón de Alcahoz, donde se cree vivió unos seis años Lope de Vega con su segunda mujer. En otro lugar de la ciudad compartió vida durante un año con la primera esposa. También tuvo una amante. Lope no solo era prolífico escribiendo, en Toledo nacieron dos de sus hijos y algunas de sus obras más conocidas como La “Jerusalén Conquistada”, “El Peregrino en su Patria”, “Peribañez y el Comendador de Ocaña”, entre otras. Y todavía tuvo tiempo para asistir a justas literarias y participar en academias. Lo de “El Fénix de los Ingenios” tiene muchas lecturas.
Explicaciones en el Teatro de Rojas
En el Corral de Comedias, se estrenaron algunas de sus obras. Ya convertido en Teatro Rojas – por Francisco de Rojas Zorrilla– y años después, también ahí se interpretaron obras de Galdós. Otro enamorado de la ciudad. Como lo fueron Azorín, Pío Baroja y varios escritores de la llamada Generación del 98. Incluso Valle Inclán con fama de cascarrabias, se rindió al encanto de Toledo. Y Gustavo Adolfo Bécquer y mucho antes santa Teresa y san Juan de la Cruz y después Félix Urabayen, Gregorio Marañón…y la lista sigue.
El antiguo Hotel Castilla de Félix Urabayen
Bécquer, nuestro gran poeta romántico, vivió y se enamoró en la ciudad abrazada por el Tajo; escribió artículos sobre aspectos artísticos y costumbres de Toledo y cuatro de sus leyendas:” El Beso”, “La Ajorca de Oro”, “La Rosa de Persia”, “Las tres Fechas” y “El Cristo de la Calavera” que situó en ella y tiene su representación escultórica en una de sus calles.
Galdós. Vamos a centrarnos en este autor que está muy ligado a Toledo. Una relación que mantuvo durante toda su vida. Su primer contacto fue con motivo de escribir una serie de artículos para la Revista de España en 1870, que se convirtieron en una guía y llevaban por título: “Generaciones Artísticas de la Ciudad de Toledo”. Durante esta estancia trabó una gran amistad con artistas como Casimiro Alguacil, Arredondo, Victorio Macho, entre otros.
En Obras Inéditas-volumen VIII, publica “Toledo, su historia y su Leyenda”. También con la ciudad como fondo, firma “El Audaz”, “Los Apostólicos” y “Ángel Guerra”. Esta última, de 1891, abre el ciclo de “espiritualidad” de las Novelas Españolas Contemporáneas. El protagonista, es uno de los personajes-héroes movidos por un puro ideal cristiano, como el Nazario de Nazarín, o la Benina de Misericordia. Trascurre en un Toledo monumental con personajes entrañables que servirán de marco al amor imposible de Ángel Guerra y Leré. Es la evolución espiritual de un individuo, de lo político o particular, hacia lo absoluto universal.
Siguiendo las huellas de Galdós
La casa donde Galdós escribe Ángel Guerra
Don Benito igualmente eligió Toledo para algunos de sus Episodios Nacionales y tan buen recuerdo personal dejó, que a Ricardo Arredondo, pintor presente en el museo de El Prado, le inspiró un lienzo con” La Venta del Alma”, que es citada en Ángel Guerra, a Casiano Alguacil, fotógrafo, “Un Patio Toledano”, recreado tal como Galdós lo describe y Victorio Macho, firma la escultura que del escritor hoy puede verse en el parque de El Retiro. Y no fueron los únicos.
En Toledo existe la Sociedad Amigos de Galdós. La encabezaron en su momento Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala. Existe una lápida conmemorativa en la casa en la vivió, como todavía se recuerda la pastelería donde compraba los mazapanes y su restaurante favorito.
Una breve parada para ver el Entierro del Conde de Orgaz explicada por Cristina
El día pasado en Toledo dio para mucho; desde conocer la Posada de la Santa Hermandad creada por los Reyes Católicos que se describe en “Ángel Guerra”, a recordar “Viridiana”, que Buñuel llevó al cine rodando escenas en la Plaza de Zocodover y que tanto impacto tuvo en su momento con una Catherine Deneuve sometida a Fernando Rey. Se pudo disfrutar una vez más ante El Entierro del Conde de Orgaz, y descubrir los cigarrales desde la casa museo de Victorio Macho. También a conocer leyendas urbanas al pasar por la calle del Hombre de Palo – un autómata cuya autoría se atribuye a Juanelo Turriano, creador de un complicado sistema hidráulico para llevar agua hasta el Alcázar- Esta figura de madera pedía limosna y cuando los maravedíes llegaban a su bolsa, hacía mil reverencias de agradecimiento. La Inquisición con su poco sentido del humor, pensó que era obra del maligno y lo quemó.
Vista espectacular desde la terraza del Museo Victorio Macho
Comimos en Venta del Aire y por la tarde, todavía dio tiempo para visitar la exposición “Alfonso X El Sabio”. Este rey, nacido en Toledo en el s. XIII es conocido por ser autor de “Las Cantigas” a la Virgen María e impulsar la traducción de libros árabes y hebreos que contenían el saber de su tiempo y de épocas anteriores, desde Grecia a India, pasando por Egipto. Para ello eligió el castellano como lengua “técnica” dejando al gallego para la poesía. Pretendía así acercar el conocimiento a las personas de su reino, reservando el latín para la Iglesia. Fue precursor teórico del estado moderno, que solo dos siglos después se pudo llevar a cabo. A la postre, resultó más “Sabio” en su vertiente literaria y de recopilación de otras culturas que en la política, donde como todo innovador encontró gran resistencia a los cambios, por parte de la nobleza y el clero. Incluyendo al Papado.
Tuvo once hijos legítimos y algunos bastardos. Murió a los sesenta y tres años. Una vida muy aprovechada. Como rey de Castilla sus dominios eran amplios. Exceptuando Portugal y el Reino de Aragón que abarcaba éste, Navarra, Valencia y Cataluña, solo Granada permanecía en manos de los árabes. Este legado es el que dos siglos más tarde recibieron Isabel y Fernando. Al vencer a Boabdil, sus dominios se extendieron por toda España.
Fue un día interesante en un ambiente muy agradable. Cristina Martín y César Medina, se ocuparon de la organización. Bruce Taylor, además del reportaje gráfico, de agradecer públicamente a Abraham Madroñal su desinteresada colaboración en nombre de AUDEMAC y de los asistentes a los dos paseos literarios en los que ha sido nuestro cicerone. Se le entregó como recuerdo un “Cuadro-azulejo Comillas” donde se reconocía el habernos proporcionado una visión distinta de Toledo que no olvidaremos. Aplausos.
Un Cuadro-azulejo AUDEMAC para agradecer a Abraham
Estoy segura de que me dejo muchas cosas sin comentar, pero la exposición del Rey Sabio podréis visitarla durante al menos todo el mes. En cuanto a las explicaciones del profesor Madroñal, pido también disculpas. Solo tengo como descargo, que al ir a la excursión nunca pensé que tendría que contarla y que el día de gracia 10 de junio de 2022, a las 18,00 h en Toledo disfrutamos de 41 grados de temperatura. Cuestas subir, cuestas bajar… y yo ya no estoy para estos trotes.
Foto de familia delante del Museo de Santa Cruz antes de emprender la vuelta a Madrid
Alicia López Budia
Madrid, junio 2022
Fotos: Bruce Taylor & Icíar Allendesalazar